martes, 22 de diciembre de 2009


En esa noche Pablo ,besó aquel cuerpo muerto muchas veces,acarició sus muslos, los labios deshojados,la ternura del sexo impracticable.
El vientre entumecido,la gangrena incipiente apenas florecida,el algodón del llanto, la breve remembranza de algún lunar dormido para siempre.
Las sienes astilladas,los párpados hinchados que enloquecen después de la ceguera.La sutura violácea que entraña el corazón a la deriva
-pequeñas incisiones-
La oscura luxación acaecida
al final del dolor.

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